- Área: 70 m²
- Año: 2018
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Fotografías:Amelia Ortúzar
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Proveedores: AutoDesk, CUBIERTAS NACIONALES
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El encargo es simple: una casa con dos habitaciones y un espacio común en pocos metros cuadrados. El presupuesto es acotado así como los recursos materiales y de mano de obra en la zona. El proyecto se sitúa en la bahía de Quinched, Isla Grande de Chiloé, en el sur de chile, a 1.200 km de Santiago. Las iglesias de madera y las casas sobre palafitos revestidas en tejuela y lata ondulada de distintos colores son parte de la identidad del territorio.
La solución también es simple: La casa se diseña entendiendo las lógicas constructivas y de uso de los materiales del lugar donde se emplaza. De esta manera, un constructor informal de la zona demoró 3 meses en construir el proyecto, utilizando materiales que estaban “a la mano” y construyendo de la misma manera que lo ha hecho toda su vida.
La casa se modula en base a paneles de madera contrachapada de dimensiones 1,22 x 2,44, soportados por una estructura de pies derecho de madera a la usanza de la construcción local. La estructura se separa del suelo por medio de pilotes configurando un prisma de 4, 88 de ancho x 14,64 largo x 2,44 de alto. Se separa el programa privado [dormir] del público [estar] mediante una terraza central que queda protegida entre estos dos volúmenes.
Todo se cubre con una techumbre generosa, con aleros de un metro para mitigar las fuertes y frecuentes lluvias propias del lugar. Los muros se recubren con el mismo zinc del techo para minimizar las filtraciones, reconociendo la inclemencia del entorno. La terraza es un espacio de “media temperie” entre el duro clima exterior y el acogedor interior. La forma, materialidad y color entregan a la casa un carácter que es por un lado propio del paisaje del lugar, y al mismo tiempo único en sus particularidades y en su belleza.